Baianas de Acarajé: el arte y la energía de Bahia

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Baianas do Senac Pelourinho, Salvador, Bahia Foto: Amanda Oliveira.

Un homenaje a uno de los símbolos de nuestra cultura

Baianas do Senac Pelourinho, Salvador, Bahia Foto: Amanda Oliveira.

El Día Nacional de la Baiana de Acarajé se celebra anualmente el 25 de noviembre. Un homenaje a la importancia histórica y cultural de la figura de la Baiana de Acarajé, nombre que se le da a las mujeres que se dedican a la producción y venta de ese manjar típico bahiano.

En 2005 se registró el oficio de baiana de acarajé como Patrimonio Cultural Inmaterial de Brasil. Este título no solo reconoce la importancia de esta figura popular para la cultura bahiana, sino también preserva la práctica tradicional de producir y vender comida bahiana en tablero en las calles de las ciudades.

Las Baianas de Acarajé son la memoria histórica y afectiva de Bahia. Son ellas quienes presentan la ciudad, las costumbres y sabores de Salvador. Visit Salvador da Bahia ha preparado una verdadera inmersión en la historia, costumbres, vestimenta, religión y símbolos asociados a las mujeres bahianas.

Baiana de Acarajé: Patrimonio Cultural Inmaterial de Brasil

La fecha simboliza el reconocimiento de la importancia del legado de los ancestros ​​africanos en el proceso histórico de formación de nuestra sociedad y su valor patrimonial como complejo cultural universal.

Vayas donde vayas, ellas van a estar allá. Es común que una baiana de acarajé sea la primera persona con la que un visitante tiene contacto al llegar a Bahia. Es una práctica tradicional de producción y venta, en tablero, de las llamadas comidas bahianas, elaboradas con aceite de palma(dendê) y relacionadas al culto de los orixás, ampliamente difundido en Salvador. El Acarajé(un tipo de bombitas de frijol), preparado artesanalmente, se originó en el Golfo de Benín, en África Occidental y llegó a Brasil con el conocimiento de los negros esclavizados.

El famoso acarajé conlleva dosis de alegría y ancestralidad. Además de brindar alimento y apoyo a varias familias, tiene un importante carácter simbólico.

Los tableros de acarajé toman las calles

Acarajé da Dinha no Rio Vermelho. Salvador, Bahia Foto: Amanda Oliveira.

La presidenta del Consejo Ejecutivo de la Asociación Nacional de Baianas de Acarajé, Mingau(Gachas), Receptivo y Similares (ABAM), Rita dos Santos, explica:

“Todo ha empezado en lo simbólico. Las mujeres esclavizadas vendían acarajé para comprar manumisiones. En la segunda etapa, eran las mujeres de Bahia que salían a la calle a vender el acarajé para hacer sus obligaciones en los terreiros de candomblé, generalmente las hijas de Oyá (no podría ser cualquiera). Con el pasar del tiempo, se vio que con el acarajé podría sostener a la familia, fue cuando el acarajé salió a la calle y se comercializó. Es comercial, pero en mi mente sigue siendo simbólico porque todavía forma parte del terreiro, sigue siendo sagrado. El acarajé es una ofrenda a Yansa y el abará es una ofrenda a Shangó ”.

Rita cuenta que al principio, todas las personas que producían y comercializaban el acarajé eran iniciadas en el candomblé, en una práctica restringida a las mujeres, en general a las hijas de santo dedicadas al culto de Shangó y Oyá (Yansa). Para cumplir con sus “obligaciones” con los orixás, durante el período colonial, las mujeres negras liberadas, o mujeres negras de ganancia, preparaban los manjares y salían a la calle por la noche a venderlos, lo que dio origen a esa costumbre. Hasta el día de hoy, la gran mayoría de los bahianos solo salen a la calle después de las 5 de la tarde.

Según la griot Nancy Sousa, más bien conocida como Dona Cici, ese tiempo de transición de seres humanos esclavizados a seres libres tiene mucho que ver con la historia de las baianas de acarajé de Bahia, ya que era la forma de ganar dinero. Incluso, ella cuenta que algunas formas de atar los pañuelos y turbantes de las baianas significaban la nación de la que formaban parte.

Vestimenta

Acarajé da Dinha Rio Vermelho Salvador Bahia Foto Amanda Oliveira .

La vestimenta de las baianas de acarajé es también un fuerte elemento de identificación de ese oficio, el que para muchas de ellas, simboliza su iniciación religiosa.

Diariamente, la mayoría de los bahianos venden sus manjares con ropa blanca más sencilla. Los denominados “trajes de gala” son más utilizados en días de fiestas populares, procesiones y en receptivos. Todavía obtienen paño de alaká, y hoy incluso agregaron telas brillantes, además de las tradicionales higas, collares largos, pulseras y anillos..

La ropa de la baiana de acarajé también reúne elementos visuales del barroco de Europa a través de sus numerosos bordados y encajes. Se trata de una vestimenta multicultural, del aceite de palma(dendê), la que involucra varios elementos como la tela almidonada, el tradicional richelieu, el perfume de lavanda, la mano higa y los pendientes caracola, sumados a la forma alegre de ser de la baiana.

En el tablero de la baiana hay …

En el tablero de la baiana tiene que tener: acarajé, abará, vatapá, caruru, camarones, ensalada y pimienta, además de cocada (dulce de coco tipo turrones), bolinho de estudante(tipo de buñuelo) y passarinha. Pero aun así, todo eso le toca a cada baiana elegirlo. Rita Santos explica que, cronológicamente, al principio, solo se vendía la “bombita”(bolinho) con pimienta. Luego, se agregaron vatapá y camarones. El caruru y la ensalada, por otro lado, se convirtieron en una costumbre durante unos 30 años. Por lo que algunas baianas no venden estos dos últimos complementos, porque no creen que tenga sentido.

“Me gustaría rescatar otras cosas que habían en los tableros, como “pé de moleque”(dulce de maní tipo turrones), el pescado, acaça, harina de la abuela, había muchas otras cosas en el tablero de la baiana de acarajé antiguamente”, lo revela Rita Santos.

Descubre las curiosidades del acarajé en este enlace.

Un oficio de madre a hija

La actividad de producción y comercialización del manjar es predominantemente femenina, y se encuentra en espacios públicos, principalmente plazas, calles, ferias de la ciudad y paseo marítimo, así como en fiestas “de largo”(plazas) y otras celebraciones que marcan la cultura de la ciudad.

El punto de la baiana tiene licencia del Ayuntamiento, por lo que no se puede vender a otra persona, pasando de madre a hija. Pero, incluso antes de toda la legalización del oficio, ya era una tradición que el tablero se pasara a un miembro de la familia. Dos súper conocidas baianas de acarajé son ejemplos: Dinha y Cira, en Rio Vermelho, y Tânia Bárbara Neri, en Farol da Barra. Descubre más acerca de estas y otras historias en este enlace.

Pero, como toda regla tiene sus excepciones, muchas baianas no tuvieron hija, sino hijo, y los hijos siguieron los pasos de su madre, ya que esa es una profesión familiar.

Hoy en día tampoco es regla que sean personas del Candomblé. La baiana de acarajé puede incluso ser de otra religión, siempre que respete la tradición y siga el decreto del IPHAN, donde la baiana debe estar en la calle llevando bata, falda y turbante y el tablero debe estar organizado. Las hebras de cuentas y aretes también son liberadas por la vigilancia de la salud.