Papa, santos y presidentes: los encuentros de Hermana Dulce en Salvador

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Santa soteropolitana atraía a importantes viajeros a la ciudad y, hoy, su fama atrae a peregrinos de todo el mundo

Irmã Dulce. Salvador Bahia. Foto acervo do memorial .

Por Jorge Gauthier

Irmã Dulce (1914 – 1992) era una mujer de pocas palabras. Pero sabía, en el momento adecuado, tocar corazones para poder ayudar a los más necesitados. Santa Dulce dos Pobres, quien, si estuviera viva, cumpliría 106 años en mayo de 2020, usó su fama y su fuerza religiosa para atraer “viajeros” a Salvador. Desde los peregrinos más simples del interior de Bahia hasta los presidentes, e incluso los religiosos que hoy son santos, muchos querían ver de cerca al Ángel Bueno de Bahia.

Cuando todavía se llamaba María Rita de Souza Brito Lopes Pontes, antes de convertirse en monja, dejó Salvador y fue a ser novicia en la ciudad de São Cristóvão, en Sergipe. Sin embargo, en 1933, tras concluir su noviciado, solicitó que continuara su trabajo misionero en la capital de Bahia. Lo hizo hasta su último día de vida, el 13 de marzo de 1992.

En los más de 60 años dedicado a la caridad, Dulce fue una “embajadora” de la fe y también de la ciudad. Para cá, ha logrado atraer la atención – y la presencia – de poderosos de la política y de la religión. Solo para que se tenga una idea, mientras vivió, Hermana Dulce pasó por la gestión 53 alcaldes de Salvador, 28 gobernadores de Bahia y 26 presidentes de la República. Gobiernos de derecha, izquierda, centro y gobiernos militares. Se los pidió ayuda a todos, sin excepción. “Mi política es amar al prójimo. No me meto en política, no tengo tiempo para averiguar las implicaciones partidarias. Mi partido es la pobreza ”, solía decírselo a sus visitantes.

Hoy, 28 años tras su muerte y su reconocimiento como Santa por la Iglesia Católica, Dulce continúa atrayendo visitantes a su santuario y memorial en Largo de Roma. En el Memorial Irmã Dulce (MID), en Largo de Roma, hay una exposición permanente sobre el legado de amor y caridad del Ángel Bueno de Bahia, donde están reunidas más de 800 piezas que ayudan a preservar y a mantener vivos los ideales de la religiosa.

En 2019, MID recibió un total de 124.222 visitantes; un incremento del 120% respecto al flujo registrado en 2018 (55.757). Antes del anuncio de canonización, el espacio registró un promedio de 250 visitantes por día. Además de turistas extranjeros, la encuesta registró en 2019 la presencia de brasileños de todos los estados del país, con predominancia(en ese orden) de visitantes de Bahia, Sergipe, Ceará, Pernambuco, São Paulo y Minas Gerais.

Conoce a algunos visitantes ilustres que se han encontrado con Dulce en Salvador:

Juan Pablo II (1920-2005)

El 7 de julio de 1980, alrededor de 500 mil personas estaban en el Centro Administrativo de Bahia (CAB) esperando al Papa Juan Pablo II. El pontífice hizo su primera visita a Brasil y se propuso a poner Salvador en su itinerario. En la base aérea, fue recibido por políticos, autoridades y Hermana Dulce – que ya tenía una salud frágil . Durante la celebración de la misa para los miles de fieles, Juan Pablo II se sorprendió con el coro que se formó en la multitud que gritaba fervientemente por la monja bahiana cuando ella se acercó al altar donde recibió una bendición especial.

En ese momento, Juan Pablo II, quien hoy tiene el título de Santo por la Iglesia Católica, recomendó que Dulce cuidara su salud. Fue justo el avance de la enfermedad pulmonar de Dulce lo que llevó al papa a Salvador por segunda vez. El encuentro tuvo lugar el 20 de octubre de 1991.

A la edad de 77 años, la monja ya cumplía nueve meses hospitalizada en el Hospital Santo Antônio, una de sus obras, que se inauguró en 1983. El Papa llegó a Largo de Roma acompañado de una comitiva. Entró en la habitación de Dulce, quien ya no lograba hablar, rezó una oración y permaneció unos minutos agarrado de su mano y al fin de su visita le dió de regalo un tercio. La parada en Salvador no constaba en la programación oficial del pontífice, quien cambió su agenda solo para visitarla.

Madre Teresa de Calcuta (1910-1997)

Irmã Dulce e Madre Teresa na Osid _foto acervo osid – divulgação.

En 1979, Hermana Dulce tenía sus obras sociales en ascenso. Sin embargo, el crecimiento preocupaba al Ángel Bueno de Bahia, quien temía no poder manejar la creciente demanda del hospital que surgió después de la invasión del gallinero en su convento. En ese entonces Madre Teresa de Calcuta, hoy Santa Teresa de Calcuta, visitó Salvador. La monja católica, de etnia albanesa y naturalizada india, conoció los lechos del Abrigo Santo Antônio y también fue con Dulce al barrio Alagados, donde la monja bahiana hacía parte de su trabajo social.

La situación de las obras de Dulce siempre ha sido compleja desde un punto de vista económico. En ese momento, Dulce incluso ofreció su gestión a Madre Teresa de Calcuta. Sin embargo, la misionera católica, que desarrolló una serie de proyectos de ayuda a la caridad por todo el mundo, incluso en Bahia, se negó, ya que dijo: “este no es mi tipo de trabajo”.
Según relatos que hay en el Memorial de Irmã Dulce, la monja bahiana dijo que entendía que las personas no tuviesen interés en hacerse cargo de las obras, debido a las constantes dificultades financieras, pero enfatizaba que “Dios resuelve esos problemas”.

Padre Antônio Maria

El sacerdote de Rio de Janeiro Antônio Maria, de 74 años, se considera un “dulciano” adepto. Varias veces, el sacerdote estuvo en Salvador para hablar con la monja. En los encuentros – sempre musicales – solía cantar para Dulce. Incluso en 2019, en el Vaticano, cantó en honor a la monja en su ceremonia de canonización. “Tuve la felicidad de conocer de cerca a Hermana Dulce, muchas veces estuvimos juntos, lo que siempre fue edificante para mí. Una vez, le hice una canción, canté, ella la escuchó con gran humildad y, al final, dijo: ‘Padre, no cantaste para la Hermana Dulce, cantaste para Nuestra Señora, porque cada vez que le hago un homenaje me transfiero a ella “, recordó el sacerdote.

A Antônio Maria le gustaba cantar a Dulce las canciones sobre Nuestra Señora y Jesús Cristo. También le tocó a él hacer la máscara mortuoria de yeso, registrando los rasgos de la mujer bahiana, los que sirvieron de base para las esculturas hasta hoy.

Paulo Coelho

Bilhete de Irma Dulce a Paulo Coelho Foto: Reprodução LIvo O Mago – Jorge Gauthier

Cuando todavía no soñaba con ser el famoso escritor de fama mundial, el carioca (de Rio de Janeiro) Paulo Coelho, de 72 años, se aventuró en el mundo y vino a parar en Salvador. Tuvo la ayuda de Dulce para regresar a Rio de Janeiro tras una temporada en la capital de Bahia. La ayuda se registró por primera vez en el libro “O Mago”, una biografía de Paulo Coelho escrita por el periodista Fernando Morais. El libro cuenta que, en 1967, los padres de Paulo Coelho, en el entonces a la edad de 19 años, internaron al hijo en un hospital psiquiátrico. “Yo era un rebelde que no obedecía a nadie”, recuerda el escritor en el libro.

Tras dos meses internado en el hospital, Coelho huyó y, haciendo autostop, alcanzó llegar a Salvador. Vivía en la capital de Bahía sin dinero, sin tener que comer y durmiendo en la calle. Fue cuando conoció a Hermana Dulce, quien “lo ayudó a levantarse”, como informa en el libro.

Según Paulo en “O Mago”, tras recibir una porción de sopa en las Obras Sociales Irmã Dulce (Osid), se dirigió a Dulce y le pidió dinero para comprar dos pasajes de autobús a Rio de Janeiro. La monja bahiana escribió una nota con la solicitud, que intercambió en la taquilla de la estación de autobuses – que en ese momento funcionaba en el barrio Dois Leões – por los dos pasajes, y finalmente se fue a casa. La nota decía, con el sello de Obras Sociales y firmado por Ángel Bueno, el 21 de julio de 1967: “Estos 2 muchachos piden un transporte gratuito a Rio”.

Esta fue la única vez que Coelho y Dulce se encontraron. Sin embargo, sigue agradecido por el gesto de la monja y, hasta hoy, continúa ayudando sus obras sociales.

Antonio Carlos Magalhães (1927-2007)

ACM E Irmã Dulce . Foto acervo IACM – Divulgaçao

Gobernador de Bahia en tres mandatos, Antonio Carlos Magalhães (ACM) era una de las figuras políticas a las que Dulce siempre acudía. En el período en que ACM era Ministro de Comunicaciones, Dulce protagonizó la campaña publicitaria de Telebahia, una compañía del grupo Telebrás, en Bahia, antes de la privatización en 1998.

Campanha de Dulce na telebahia – foto acervo osid – divulgação

Tuvo su foto difundida en todas las antiguas cabinas telefónicas del estado con el mensaje de solicitud de donaciones. En la época, Dulce obtuvo mucha ayuda financiera y se hizo más conocida en el interior del estado. Después de la campaña telefónica, y con el apoyo de ACM, ella llevó a cabo varias acciones en los medios que beneficiaron sus obras. Dulce se reunía a menudo con ACM para pedirle ayuda, yendo a su oficina con la famosa carpeta negra para pedir donaciones. La monja lo llamaba “padrino”. ACM le donó a ella parte del terreno donde están instaladas las Obras Sociales (Osid).

El día de la muerte de Dulce, ACM era gobernador y enfatizó que sería la misión del poder público mantener el legado de la monja. “Tenemos que luchar para mantener el espíritu de la obra de Hermana Dulce. Hemos perdido a nuestra gran santa y yo perdí a una gran amigo, quien siempre me acompañó en mi vida pública y me conocía muy bien. Con Hermana Dulce ausente, es una obligación del gobierno redoblar esfuerzos. Era ella quien lograba todo eso para Bahia, en esta notable obra en todo Brasil “, declaró en un artículo publicado en el periódico Correio da Bahia, en la edición del 13 de marzo de 1992.

 

João Baptista Figueiredo (1918-1999)

ACM, Irmã Dulce e Figueiredo. Foto acervo IACM – DIvulgação

El primer presidente de La república que visitó Irmã Dulce fue el general João Baptista Figueiredo, a través de ACM. De Rio de Janeiro, Figueiredo fue el primer jefe de estado en ingresar a las Obras Sociales Irmã Dulce. En la visita, ella lo llevó, de propósito a ver la morgue – donde algunos pacientes compartían espacio con los muertos. Funcionó. A la salida, dijo: “Hermana Dulce, si es necesario robar un banco para ayudarle, lo haré”, a lo que ella respondió: “Te ayudaré a robar ese banco”. Después de eso, el presidente otorgó varios beneficios a las Osid a través de donaciones.

Eurico Gaspar Dutra (1883-1974)

Hermana Dulce tenía buenas estrategias para ayudar a los más necesitados. En 1947, el entonces presidente Eurico Gaspar Dutra, nacido en el estado de Mato Grosso, visitaba Largo do Bonfim, en Salvador, cuando se encontró con Hermana Dulce acompañada por unos 300 niños del Círculo Operário da Bahia (COB) – entidad fundada por Dulce y trabajadores la población pobres de Cidade Baixa (Ciudad Baja). Se colocó frente a la comitiva del presidente. Gaspar Dutra ordenó que el auto se detuviera para escuchar a la monja, quien pedía más recursos para el COB. Él Autorizó la ayuda federal para la inauguración del Círculo Operário, participando, incluso, en la ceremonia inaugural.

José Sarney

La obra de Hermana Dulce construída en Salvador ha sido llevada al mundo con más énfasis, por primera vez, en 1988, cuando el entonces presidente José Sarney, junto con la reina Silvia, de Suecia, sugirió el nombre de la monja bahiana para ganar el Premio Nobel de la Paz. Dulce no ganó el premio, pero ganó visibilidad, lo que fue revertida en varias donaciones.

Esa no fue la única ayuda de Sarney para Dulce. Como presidente, Sarney mantuvo un número de teléfono secreto que solo lo tenía Hermana Dulce. Era conocido como “el teléfono rojo” al que Dulce siempre solía llamar en las las horas de mayor necesidad. Varias veces, el presidente, nacido en Maranhão, visitó Bahia para hablar con la monja.

Fernando Collor

En la década de 1990, cuando el entonces presidente Fernando Collor de Mello presentó un plan económico y las cuentas fueron bloqueadas, Dulce hizo una intervención. En ese momento, la monja habló por teléfono con la entonces Ministra de la Economía, Zélia Cardoso de Mello, y logró que liberaran su cuenta.

Collor de Mello, nacido en Rio de Janeiro, llegó a visitar Hermana Dulce, unos años antes. Él vino a Salvador para hablar con la monja.

Jorge Gauthier es periodista y autor del libro Irmã Dulce: Os Milagres pela Fé(Los Milagros por la Fe); investiga sobre la vida de la monja bahiana desde 2011.